Secret files #1 Carito: El debut soñado

No es novedad que existen páginas donde se anuncian servicios de "kinesiólogas" con algunas fotos muy llamativas, ¿quién no se ha sentido tentado a darles una probadita? Lo cierto es que muchas veces a la hora de ir al depa, la chica en realidad resulta ser mucho menos atractiva de lo que se anunciaba: flácida, subida de peso o, en el peor de los casos, es una kine absolutamente diferente a la de las fotos. Por fortuna, en la mayoría de mis incursiones puteriles he salido satisfecho.
Carito (24 años, Miraflores)
Fue la primera experiencia que vale la pena mencionar. Ella ofrecía sus servicios en un edificio multifamiliar de unos 12 pisos en Miraflores. Eran como las 5 p.m. cuando llego a los alrededores y la llamo a su fono. Me confirma la ubicación y el número de depa exactos y voy a buscarla. Toco el timbre y el portero me hace pasar, yo estaba un tanto nervioso y cuando me pregunta a quién busco, cometo la inocentada de decirle: "a la señorita Carito", ya que obviamente no tenía ni idea de su nombre real o apellido. Así y todo el no se sorprende y me dice que espere que la iba a llamar (al parecer el tío ya sabía a que venía).
Me acomodo en un sillón frente al ascensor, supuse -inocentemente- que ella iba a bajar. Pasaban los minutos y estaba cada vez más nervioso, viendo a los inquilinos saliendo y entrando al ascensor. Trataba de "hacerme el loco" y me mataba la espera. Luego de unos 15 minutos, el portero me dice que suba al depa de Carito, que es en el décimo piso. En el segundo nivel sube una señora con su hijo, me saluda y yo me hago el  santo.
Finalmente llego al piso indicado, toco la puerta y al poco rato me abre Carito. La veo de cuerpo completo -como quien aprecia una mercancía- es blanca, alta, cabello color chocolate, cara atractiva, sonrisa pícara y usa una bata. Confirmo que si es la de las fotos y paso. Ella me trata muy amablemente y me hace pasar a la habitación, le doy el billete y me dice que ya vuelve que me vaya desvistiendo. Lógicamente estaba un tanto 'palteado' pero acato sus órdenes con prontitud.
Ella regresa a los dos minutos: está con un sexy babydoll negro al igual que su sostén y tanga y unos tacones. Me quedo admirado de su belleza y curiosamente le veo un cierto parecido a Tilsa Lozano (una modelo peruana). Aún vestida, ella procede a ponerse sobre la cama 'en cuatro patas' y se mueve de manera incitante y provocativa, yo le acaricio las nalgas y sus piernas carnosas (realmente está muy buena). Me siento al borde de la cama, ella se arrodilla y  me hace el oral un buen rato. Mi miembro entra y sale de su boca,  hasta que Carito termina por cubrir todo mi pene con su caliente saliva. Finalmente me dice que ya es suficiente y  que pasemos a la acción, yo accedo y nos vamos a la cama. 
Tratamos de hacer 'el misionero', pero al poco rato me doy cuenta que mi miembro no está del todo erguido y que no la puedo penetrar con facilidad. Cambiamos de pose con ella sobre mí y tampoco puedo, no sé si serían los nervios o qué, pero me preocupa.
Viendo que pasaba la hora, le pido que me la vuelva a chupar, pues además que me gusta requiere menos esfuerzo. Así, Carito se recuesta en la cama y yo me pongo encima de ella con mi pene entre sus labios. Le sugiero que me haga terminar con su boca y ella accede. Así estamos largos y deliciosos minutos, ella lo chupa incansablemente y, en los momentos de más excitación, le empujo el miembro hasta el fondo de su garganta, hasta que ella se atraganta y se lo saco,  es decir me hace un 'garganta profunda' muy excitante.   Qué rica sensación sentir todo mi pene en su boca. Creo que ella también se excita, porque se empieza a acariciar la vagina y deja escapar unos ricos gemidos. También  me deja golpear mi pene contra sus labios y su lengua, es una escena muy caliente, como sacada de una porno.
Al cabo de unos 10 minutos más o menos, mi pene está durísimo y me dan ganas de penetrarla. Carito muy obediente, se pone en 'perrito' y yo se la clavo con todo (cómo aprieta la condenada). No puedo resistir mucho más y acabo dentro de ella. Finalmente, nos quedamos tendidos sobre la cama, y hablamos de vanalidades  mientras le acaricio sus pechos. Una experiencia muy buena la verdad.

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